sábado, 6 de septiembre de 2008

Enfermedad


Hoy viernes, amanecí enfermo (al menos eso fue lo que dije en el trabajo, para no ir, y la excusa, aunque cierta, es un poco tonta: anoche a las 3 y media de la mañana Tito me llamó al teléfono, él está en Berlín, me dijo que la alarma de su casa había saltado y que no lograba conectar con su compañero de piso, llamaba y llamaba y nada, y yo, como su amigo y la única persona cerca a su casa, pues...vamos, que me levantara, y mirara la casa, picara al timbre y me cerciorase que Javier, el mentado, estaba ahí y que no era un ladrón de computadores y de calcetines hechos en viet-nam marca quechua para la corporación decathlon de origen francés, así que me puse un blue jean encima de la piyama, una chaqueta y un sombrero que cubriese el monumental desorden de mi pelo ralo y feo, ya que no lo he cortado en unos cuantos meses que me convierte en el protagonista de cabeza borradora después de dormir, solo que 40 kilos mas gordo y con barba, la noche, como una muy poco típica noche de junio, era tormentosa y fría, así que además de mi sombrero del barrio de la boca de buenos aires -típicamente tanguero- llevé un paraguas gigante, color vinotinto, que me robé de algún lado que ahora no recuerdo como tantas otras cosas que mi cleptomanía poco confesada me ha llevado a hacer, pero tan tormentosa era la noche y tan oscura y tan fría -tanto tantísimo tanto que cuando salí no pude sino tararear "dark was the night, cold was the ground" del magnifico y poquísimo reconocido Blind Willie Johnson, bluesman de los años 30 que quedó ciego a los 8 años después que su padrastro le echara agua caliente en su cara, así que la iba tarareando, pero era tan tormentosa, decía, que la lluvia traspasó mi paraguas robado, mi chaqueta, mi blue jean, mi piyama y si, un poco mi sombrero porteño, el agua y el frío los atravesaron, ¿y para qué?, para que Javier me contestará el citófono asustado a las tres de la mañana preguntando que pasaba medio dormido medio gruñón, y yo más que dormido y más que mojado no pude sino reírme y decir: "viejo, me voy a mi casa, aprende a usar la berraca alarma de una vez, ¿estamos?", así que caminé a mi casa, la 4 calles de vuelta, y pensé en Blind Willie Johnson y en la razón que tuvo para escribir esa magnifica canción, que no tiene letra, solo tarareo, "huming" como dicen los gringos, entonces en la puerta del mercado del ninot, en la calle mallorca, entre villaroel y casanova, vi a una mujer de unos 70 años, acostada y cubierta con cartones y varios paraguas abiertos, un poco más destrozados que el mío, pero no cubrían todo su "chiringuito", así que a una calle y media de mi casa me deshice de un paraguas robado, tapando un poco más el hueco de la señora, y dejando que la lluvia calara más aun en mi chaqueta, en mi piyama, y en mi sombrero. La calle y media de intensa lluvia, me hizo sentirme triste, un poco tonto, y solo, muy solo, esa era la razón, más allá del suelo frío y la noche oscura, que llevo al bluesman a componer la canción, y me di cuenta que la tarareaba no por la noche, sino por las noches.)
Así que la excusa no es tonta, ni mentirosa, sino que es una especie de enfermedad que no se le puede explicar a un jefe.
Naan

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